«...Si donde cayó Jesús alguien ha besado el suelo» (Extracto del Pregón de la Semana Santa de 1985)

Traemos a esta sección una publicación con solera, una auténtica joya, editada por la Junta de Hermandades: el magnífico pregón de la Semana Santa de Osuna que don Eloy Reina Sierra pronunció el 24 de marzo de 1985, Domingo de Pasión, en la insigne iglesia Colegial de Nuestra Señora de la Asunción.

Este pregón fue el tercero de los pronunciados tras la recuperación de este acto cofradiero, después de bastantes años, gracias a los afanes de la Junta de Hermandades, que estaba presidida por José Antonio Cabello Gálvez. Se trató del primero de los desarrollados en Colegial, ya que el primer pregón, pronunciado por don Juan Camúñez Ruiz en 1983, fue acogido en la iglesia parroquial de Consolación, y el segundo, que tuvo como orador a don Javier López de la Puerta, se celebró en la iglesia conventual del Carmen en 1984.

La exquisitez literaria de Eloy Reina es un lujo, todo un lujazo, que él nos regala merced a su pasión sin tasa hacia Osuna. Su culta palabra es un tesoro que merece el mejor de los joyeros. Abogado, agricultor, poeta y padre del actual presidente del Consejo de Cofradías, Álvaro Reina García, pertenece a aquella generación de estudiantes ursaonenses -Manuel Rodríguez-Buzón, Juan Camúñez...- que en los años 50 del pasado siglo crearon y dieron contenido a la fugaz revista Arcadio. Una generación preocupada siempre por su pueblo, al que dedicaron letras inmarchitables en libros y artículos en revistas. Reina ha dado a la estampa los libros A partir de la luz, Cuadernos de Arcadio, Ni mitos ni lisonjas, Jirones rebuscados y Adioses indecisos.

De la gran exaltación de la Semana Santa que a Osuna ofreció Eloy, extraemos las maravillosas líneas que siguen, dedicadas a nuestra Hermandad. Pura elegancia, talento lírico en su justa medida, sensibilidad y sencillez. El arte de hacer fácil lo difícil. Disfrútenlo.



JESÚS CAÍDO«...Si dónde cayó Jesús alguien ha besado el suelo»

El mundo de la Semana Santa es un mundo mediterráneo, donde la figura humana no necesita ambiente. El mundo de la Semana Santa es un mundo figurativo, pleno de gestos, que se traduce en nombres: Mayor dolor, quinta angustia, gracia y esperanza, expiración. El mundo de la Semana Santa es la permanente visión cruda y real de un pueblo que hace de su vida procesión continua, perpetua, interminable, concatenada, donde se ensalzan las más firmes convicciones.
Jesús Caído, la humillación hecha hombre, rodeado de una muchedumbre expectante. Es el momento en que más sola está la plaza de la Merced. Su torre, envidia y sueño de orfebres y plateros, una morfología hecha de rigor y belleza, grandiosa por su ejecución y contenido, envuelta y acariciada por la tarde, oye a los lejos la agresividad de tambores y trompetas.

La torre de la Merced
ya no tiene regocijo
de ver llena su plazuela
sólo esperando a Dios hijo.


Y le dice a su veleta
que le pregunte a los vientos
si Jesús cuando salía
miraba a la calle Cueto.


Y se pone de puntillas
como si una mujer fuera
intentando ver el paso
de Jesús por la Carrera.


Y le pregunta a las nubes
y a los pájaros del cielo
si donde cayó Jesús
alguien ha besado el suelo.


¡La torre de la Merced!...
¡qué pena más grande da
cuando en el atardecer
del Jueves Santo no está
Jesús Caído a sus pies!