
La Columna | José María Aguilar 16/07/2025
Emilio Cecilia Franco, 90 años de devoción
Su familia ha homenajeado en su nonagésimo cumpleaños a nuestro antiguo hermano mayor.—Un precioso óleo con el rostro del Señor de la Caída, obra de su sobrina Rocío Márquez Bilbao, hizo vibrar los sentimientos y aflorar las emociones
Noventa años. Ni uno más, ni uno menos. Nueve decenios, que se dice muy pronto. Esta edad ha cumplido N. H. Emilio Cecilia Franco (Osuna, 10 de julio de 1935), y está hecho un chaval. Porque bajo el amparo de sus más queridas devociones, Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra Señora y Madre de los Dolores, nuestro antiguo hermano mayor, dignidad que desempeñó con acierto entre 1977 y 1986, mantiene lustrosa lozanía.
Emilio, bético de filiación futbolera, nació diez días después de que el Sevilla ganara en Madrid, al Sabadell, su primer Campeonato de España-Copa del Presidente de la República. Dos meses antes, a finales de abril, el Betis había conquistado en Santander el Campeonato de Liga. Insólita y excepcional coincidencia de gestas, muy difícil de repetir.
Como inusual resultó una procesión extraordinaria de todas las cofradías de Osuna, celebrada el 31 de marzo de ese mismo año, unas semanas antes del Domingo de Ramos.
Se conmemoró con retraso el Año Santo de la Redención de 1933, año de época republicana en que nuestras hermandades decidieron no salir en la Semana Santa de acuerdo con las autoridades eclesiásticas, dada la agitación política y social. Era por entonces nuestro hermano mayor José González Berraquero, quien ejerció el cargo entre 1931 y 1935.
Tres Caídas...
En 1935, El Paleto, el periódico local fundado, dirigido y editado por Manuel Ledesma, rebautizó a nuestra Hermandad. A causa de una travesura de los duendecillos de la imprenta, que los hay, en el programa de la Semana Santa la anunció así: «Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas y Nuestra Señora de los Dolores, de la iglesia de la Merced, a las siete de la tarde.» Faltaban aún casi tres decenios, precisamente tres, para que a nuestro Sagrado Titular se le cambiara la Columna de la flagelación por la Cruz. La Caída, como lo soñó el Fundador, don Manuel de Ábalos, por las Tres Caídas en decisión nunca explicada.
Fue el año también en que Jesús Quijada, el recordado artista local Quijaíta, cobró cuatro pesetas por tapar unas picaduras en el devoto rostro del Señor de la Caída.
Una vez finalizada la Semana Santa de 1935, que se desarrolló sin incidentes y con el esplendor de antaño, resultó elegido hermano mayor Juan Sánchez Romero. Tras la aprobación del Arzobispado a esta elección, el 7 de julio, san Fermín, tres días antes del nacimiento de Emilio, la nueva junta de gobierno acordó «la confección de un estandarte nuevo para la procesión» y «la construcción de una corona para Nuestra Madre de los Dolores por estar muy vieja la única que actualmente tiene que sirve para salir y para su camarín». Los dramáticos acontecimientos que estaban por venir habrían de determinar el aplazamiento durante años de tan halagadores proyectos.
La familia Cecilia
Hablar de la familia Cecilia significa hablar de la Hermandad de Jesús Caído. Una de las varias familias antiguas en la Cofradía.
Ildefonso, padre de Emilio, también fue hermano mayor, honor que ejerció entre 1936 y 1941, en tiempos trágicos y convulsos, muy difíciles para todos. Él participó en la histórica salida procesional de 1936, 10 de abril, Viernes Santo, cuando la de Jesús Caído fue la única cofradía que se atrevió a salir en medio de un ambiente tenso y crispado. Un día después, 11 de abril, resultó elegido hermano mayor.
En el cargo, Ildefonso Cecilia Oliva se mantuvo hasta el 11 de abril de 1941. Cumplió con el máximo tiempo permitido por el reglamento interno. Durante su gestión destacó la puesta en marcha de innovadoras medidas, de índole social y administrativo, que mejoraron el funcionamiento de la Hermandad.
...y la familia Sánchez
No se puede olvidar, por supuesto, a la familia Sánchez Cervilla, los Granaínos, la de Encarna, esposa de Emilio y cofrade antigua también. Nieves María Sánchez Rojas, sobrina, ha sido la primera hermana en la tricentenaria historia de nuestra Esclavitud Mercedaria que ha estado al frente de los destinos corporativos, con generosa entrega.
Había que reunir a los Cecilia y los Sánchez para festejar tan fausto acontecimiento como el XC cumpleaños de Emilio. Su hija, Sonia, residente en los Estados Unidos, ha venido desde la texana Houston, históricamente ligada a las misiones aeroespaciales. Allí, en extraña tierra y gracias a la familia Ruiz Cecilia, la llama de la devoción macaria también refulge e impulsa un cohete de aladas emociones hacia la plaza del Bacalao y la plaza de la Merced.
Sonia hizo de capataz para mandar el paso de la organización de una fiesta sorpresa en honor a su padre, quien con fervor y entrega entusiasta había sido costalero de su cofradía en sus años más jóvenes. Como en cada ajustada salida de nuestro paso de palio bajo el dintel de Santo Domingo, no faltó la emotividad en el reencuentro.
En el cargo de hermano mayor
Emilio fue hermano mayor de Jesús Caído entre 1977 y 1986, como ha quedado escrito.
Durante su mandato se procedió a la actualización de las Reglas de la Hermandad, hasta entonces regida por las fundacionales. Se hizo de conformidad con las Normas Diocesanas de 1985, proclamadas por el arzobispo, fray Carlos Amigo Vallejo, tras la entrada en vigor del nuevo Código de Derecho Canónico, promulgado por el papa san Juan Pablo II en 1983. La labor de actualización de las Reglas le fue encomendada al prestigioso cofrade José Luis de la Rosa Domínguez, pregonero de la Semana Santa de Sevilla en 1953. De la
Rosa, primer pregonero del Rocío en Sevilla, en 1955, quedó maravillado con las disposiciones de nuestras Reglas fundacionales, del siglo XVIII.
Bajo el mandato de Emilio se fundó en 1979 la caseta de Feria. Los ingresos de los primeros años permitieron configurar el paso de palio de Nuestra Señora y Madre de los Dolores tal y como hoy lo conocemos, con la orfebrería de Manuel de los Ríos.
Un espléndido óleo
En la fiesta no faltaron los regalos para el homenajeado, a modo de permanentes recuerdos de un día tan singular. Todos ellos, muy apreciados. Uno de estos presentes resultó ser un óleo sobre tabla de 55 x 46 cm, bellísimo, con el seductor rostro de Nuestro Padre Jesús Caído. La pintura ha sido realizada por Rocío Márquez Bilbao, licenciada en Bellas Artes y profesora, y de estirpe artística. No en balde es sobrina bisnieta de dos grandísimos artistas sevillanos, los hermanos Gonzalo y Joaquín Bilbao, y prima de Daniel Bilbao Peña, también pintor y actualmente decano de Bellas Artes, autor en 2020, año de malhadada evocación, del cartel de la Semana Santa de Sevilla y el del IV centenario del Cristo de la Buena Muerte, de Los Estudiantes.
Rocío, casada con Felipe Cecilia Berraquero, sobrino de Emilio e hijo de su hermano Felipe, inolvidable ursaonense que fuera director de Cáritas Diocesana de Sevilla, ha sabido cautivar con sus pinceles y apresar en ellos la conmovedora y devocional expresión de Nuestro Padre Jesús Caído. Al hacerse entrega del cuadro, vibraron los sentimientos y afloraron las emociones en una jornada que ha quedado grabada para siempre en la memoria de todos los presentes.
La Hermandad, y en su nombre la Junta Rectora, se suma cordial y efusivamente a las felicitaciones recibidas por N. H. Emilio Cecilia Franco en su nonagésimo cumpleaños y pide al Señor de la Caída y la Señora y Madre de los Dolores le sigan amparando y protegiendo muchísimos años más.