Heráldica


El escudo de la Esclavitud y Cofradía presenta los siguientes elementos en su composición:

Se ofrece prendido por la corona real, que ocupa la parte superior.

El cuerpo principal lo constituye una especie de dosel o manto extendido, de forma irregular pero simétrica y que desciende de la corona real formando en su parte superior una especie de cuello, que se abre después, y por la parte inferior va orlado de las palmas del martirio o de la victoria, por ambos lados.

En la parte del cuello, formado de los pliegues recogidos, y bajo la corona real, ya citada, presenta unas letras de palos secos, «J.C.», que quieren significar Jesús Caído. Entre ambas letras aparece la reproducción de las Ánimas Benditas, mediante una calavera entre dos huesos cruzados, símbolo de la muerte terrenal La calavera va coronada con una cruz pequeña de brazos iguales, que era la cruz potenzada, de este modo como era la cruz de los hebreos, utilizada en la parte superior de los escudos mercedarios.

Finalmente, en la parte central del dosel o manto real, preside el escudo de la Merced, cortado en dos partes: la parte superior con la cruz potenzada, y en la parte inferior con las barras de Aragón, tan vinculada a la Orden mercedaria y a Jaime I, a San Raimundo de Peñaflor y a San Pedro Nolasco. La Orden, fundada por San Pedro Nolasco en 1218, tenía como fin la redención de los cristianos cautivos en manos de musulmanes y estuvo particularmente protegida por la casa Real de Aragón.