1965: Estreno de la imagen de Jesús Caído (Revista Semana Santa en Osuna, 1995)

En la revista "Semana Santa en Osuna", en su edición de 1995, encontramos este texto en la sección retrospectiva "Nuestras Cofradías, ayer", donde se recogen los extraordinarios estrenos de las imágenes del Jesús Caído y del Señor de la Humildad, así como del palio del Mayor Dolor, todo lo cual tiene lugar en el año de 1965.

Junto con la referencia histórica y obligada a tan singulares novedades, la sección recoge, a su vez, otra publicación local del mismo año y extraída de la revista de Feria, donde el añorado Manuel Rodriguez-Buzón Calle pone en evidencia las débiles interioridades cofradieras que sustentan tamañas decisiones. La valiente reflexión planteada en este artículo conserva toda su vigencia y valentía hasta nuestros días. Todo un llamamiento al orden, al sentido común, al respeto por las devociones de generaciones de hermanos y a las graves responsabilidades históricas y artísticas de tan trascendentales resoluciones en la devenir de las Hermandades. Sin desperdicio alguno.

Nuestras cofradías, ayer (1965): Estrenos de las imágenes del Señor de la Humildad y Jesús Caído, y del palio y un vestido para el Mayor Dolor.

Hace 30 años (1995), en la Semana Santa de 1965 se produjeron dos controvertidos estrenos, que fueron los de las imágenes del Señor de la Humildad y Paciencia y de Jesús Caído, adquiridas por las respectivas hermandades a causa del mal estado de conservación en que se hallaban las que recibían culta hasta entonces. Las dos nuevas tallas se debieron al imaginero sevillano A. Izquierdo, y no fueron muy afortunadas; tan es así que la de Jesús de la Humildad sería retallada, y a la de Jesús Caído se le suprimiría la cabeza y se le añadiría la de la vieja imagen, debida a Alonso Gayón y fechada en 1703. Con independencia de ello, la iconografía de las nuevas tallas n o se ajustaba a la de las anteriores: La antigua imagen del Señor de la Humildad y Paciencia era sedente, y la de Jesús Caído, amarrado a la columna de la flagelación, y no con la cruz a cuestas en una de las caídas camino del Calvario, como se representa ahora.

Un valiente artículo

La bendición de la nueva imagen de Jesús Caído se verificó el Domingo de Ramos, una vez finalizada la procesión de palmas por la Plaza Pio XII, hoy de Rodríguez Marín. Asistieron al acto de bendición el alcalde José María Contreras Escribano; autoridades y representaciones de hermandades.

Un mes después, y en la revista de Feria, el recordado Manuel Rodríguez-Buzón Calle escribió un valiente artículo, del que entresacamos las siguientes líneas:

"La artística y hermosa Semana Santa de Osuna es obra exclusiva de treinta hombres. El premio a su difícil y desesperanzadora tarea lo encontrarán una noche de Semana santa bajo el antifaz. Pero ellos que han asumido tan grave responsabilidad, tienen que pensar en el bagaje de amor y devoción que de otros han recibido. Su tarea se verá malograda si rompen esta cadena, que es el soporte fundamental en cada Hermandad. 

La euforia de una reunión de "capillitas" no puede llegar tan lejos como para prescindir, en una tarde, de un Cristo caído o azotado, de varios siglos de devoción, silueta exacta que vieron al morir generaciones de hermanos, por un afán de estreno mal entendido. NI, reconozcámoslo como buenos cofrades, la mayoría estamos preparados para decidir la talla o el imaginero de un Cristo, que debe presidir nuestra devoción y que irá a parar a otras generaciones, que, por haber aceptado la misma responsabilidad nuestra, podrán juzgarnos. 

Quizá la raíz de todo este mal esté en la ausencia de una Junta de Hermandades verdaderamente eficaz. A ella toca, es indudable, velar al menos por el decoro de nuestra Semana Santa y orientar al entusiasta grupo de "capillitas" en motivos sobre los que no deben decidir. No puede contemplarse tranquilamente, desde la desidia, cómo un pueblo de rica imaginería, de la máxima responsabilidad histórica y artística, pierde sus energías en piruetas cofradieras y deja en el olvido imágenes del mérito de un `"Cristo de la Caña" o de un "Cristo de la Sangre".