
La Columna | Antonio Morón Carmona. 6/04/2025
José María Moncayo, el cofrade completo
A pocos días de la Semana Santa, nuestros templos y casas de hermandad se llenan de personas que, con más o menos asiduidad, han ido apareciendo durante el resto del año para atender las necesidades de sus hermandades. La actividad de José María Moncayo Amado sería la de aquellos que no paran en todo el año pues, al repasar solo algunos datos de su biografía cofrade, así se corrobora.
La figura de José María, alta y delgada, aparece en el recuerdo vestida con la túnica blanca y la capa azul de Jesús Caído, asistiendo a los Oficios el Jueves Santo en esa iglesia de Santo Domingo de don Desiderio. Este templo fue un hogar porque de sus centenarios muros salió "el cuartillo" donde vivía su familia política, la de Juan Díaz el sacristán. A su vez, en la hermandad mercedaria se encontraba su cuñado, prácticamente un verdadero hermano, el recordadísimo Manolo Galindo. Su participación junto a su esposa Elisa en el inolvidable coro de dicha hermandad solemnizaron todos los cultos cuaresmales.
Del jueves a la mañana del Viernes Santo, del blanco y azul al morado sin apenas descanso. Una desaparecida estampa de nuestra Semana Santa eran las larguísimas colas de la penitencia de Jesús Nazareno que, de manera espontánea, se formaban en la calle La Cilla desde el Martes Santo. La ausencia de papeletas de sitio José María las solventaba con su carácter, quizá forjado por su trato con el público en la empresa municipal de aguas. A él le tocaba ordenar 5 o 6 filas de personas que, apretadas, llegaban hasta la calle Jesús, peleándose literalmente por ocupar el lugar más cercano al paso. Entre voces y órdenes, un indómito penitente hasta le abrió una brecha en su cabeza, golpeada por el extremo de su cruz.
Y su otro hogar: el Carmen. Allí familia y hermandad (su esposa, su cuñado Manolo y su hermana Elena), eran sinónimos. Entre otros, fue crucial en la refundación de la Hermandad de Nuestra Santísima Madre del Carmen, en 1992, para luego comprar sus respiraderos, coser sus faldones y restaurar su imagen. Allí permanecieron juntos hasta que la salud de cada uno se los permitió.
De sus hermandades a integrarse en el Consejo Local de Hermandades y Cofradías. En 2023, José María recibió la mención por sus cincuenta años como hermano de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia, el último acto cofrade al que asistió demostrando la ilusión y el cariño que el carisma cofrade le despertaba.
Nazareno de cirio, de penitencia, la música, cofundador de una Hermandad, el Consejo… Las de penitencia y las de gloria. José María vivió su fe incardinada en las hermandades y gracias a esta firme convicción la Semana Santa de Osuna pervivió en su tiempo.
Gracias por el trabajo de toda tu vida, el que ha permitido que nuestras hermandades hayan llegado a nuestros días, herencia tuya para los que aquí seguimos.