«Recuperar una seña de identidad», por José Mª Aguilar (Revista Semana Santa en Osuna, 1993)

Aquí reproducimos un fantástico artículo de nuestro hermano y actual vocal de la junta rectora, José Mª Aguilar Rodríguez, periodista ursaonés que, en aquellos años, desarrolló un enorme trabajo al frente de todas las publicaciones que se editaban en el mundo de las hermandades y cofradías de Osuna. 

Esta publicación dedicada a nuestra hermandad en la Revista Semana Santa de 1993, con entrevista incluida al entonces hermano mayor, Francisco Martín Herrera conocido popularmente como "Frasquito", recorre los momentos históricos claves de nuestra Hermandad en la segunda mitad del siglo XX -con el hundimiento de la Merced y el cambio de iconografía-, y analiza la situación de la cofradía en aquellos años. Curiosamente, temas que eran motivo de preocupación entonces, pueden considerarse totalmente vigentes y candentes en nuestros días.

JESUS CAIDO: RECUPERAR UNA SEÑA DE IDENTIDAD

"Las hermandades deben fomentar el culto y la caridad" dice el hermano mayor. Este año estrena el bordado del techo del palio, diseñado por Joaquín Arauz.

En la casi tricentenaria historia de la hermandad de Nuestro Padre Jesús Caído hay que hablar de un antes y un después del día 12 de marzo de 1964, infausta fecha en que se hundió la bóveda de la iglesia de la Merced, sede canónica de la corporación desde su fundación en 1705. Tanto Osuna como la hermandad perdieron muchísimo con aquel lamentable suceso. Imposible cuantificar el irrecuperable daño producido aquella mañana. Aunque la iglesia fue restaurada años después, todo se había perdido. Y nada podía ser como antes. Aunque, con los años hubo una posibilidad cierta de volver a la Merced, al final se desechó. La Merced -más de dos siglos y medio allí- sólo es ya recuerdo para Jesús Caído.

Si escribimos que en la historia de la hermandad hay un antes y un después de marzo de 1964 es porque, casualmente, al año siguiente la junta de gobierno sustituyó con escaso acierto la primitiva y deteriorada talla del Señor Caído, labrada en 1703 por Alonso Gayón, a la sazón hermano de la corporación que estaba por adquirir carta de naturaleza. 

La talla de Alonso, cuyo nombre permaneció ignorado hasta hace un par de años, fue sustituida por otra contemporánea, obra del imaginero sevillano Izquierdo. Sólo se mantuvo la cabeza primitiva del Señor, que fue adaptada a la nueva talla. Y he ahí que, en lugar de mantenerse el pasaje pasional que dio origen a la hermandad, la caída del Señor tras ser flagelado en la columna, se sustituyó por otro distinto: una de las caídas del Redentor en la Calle de la Amarguera.

Muchos, por aquel entonces, no se se explicaron el porqué de este insólito cambio. Tampoco ahora pero, ¿podría salir la bendita imagen de Jesús Caído como hace 30 años? Es decir, abatido, pero atado a la columna. 

Responde el hermano mayor de la corporación Francisco Martín Herrera: "Cuando se acometió la restauración de la imagen, hace dos años, mi intención fue la de recuperar la postura antigua. Pero era una cuestión que debía ser tratada en junta de gobierno y no me atreví a dar el paso adelante yo solo. El restaurador, incluso, estuvo esperando una semana la decisión".

El hermano mayor, pues, está a favor de recuperar una seña de identidad de la hermandad. Sólo habría que retirar la cruz y colocar la columna junto al Señor. Una imagen muy similar es la del Cristo del Mayor Dolor, de la Parroquia de San Sebastián de Antequera.

Francisco Martín estima que la hermandad, con trescientas dos parejas de hermanos y una cuota mensual de cien pesetas pasa por un momento fantástico por muchos motivos pero hay uno principal: "La gente está trabajando. La imagen del Señor, como ya hemos hablado, ha sido restaurada; también la de la Virgen. El año pasado fue confeccionada una saya para la Virgen, con diseño de nuestro hermano Joaquín Arauz y estrenada el último Jueves Santo. Este año se estrenará el bordado del techo del palio, también diseñado por Joaquín Arauz y confeccionado por un grupo de hermanas".


Entre los proyectos que tiene la junta de gobierno de Jesús Caído figura también el de dotar a la cofradía de una casa-hermandad. "Hubo ya un primer intento -señala Francisco Martín- para hacerse con una casa en la calle Gordillo y de forma gratuita; no pudo concretarse finalmente el proyecto. Pero esta aspiración continúa viva en nosotros".


La Hermandad, por otra parte, es la única de las cofradías locales de penitencia que posee un coro. "Fue fundado -recuerda el hermano mayor- hace unos diez años y participa en misas parroquiales y en las funciones y cultos solemnes de odas aquellas hermandades que nos lo solicitan".


Por lo que respecta a cultos a las imágenes titulares, la corporación ofrece el triduo cuaresmal y las misas del día de los Dolores de la Virgen (15 de septiembre) y del día de la Virgen del Rosario (7 de octubre), así como del día de San Pedro. No falta tampoco la misa en memoria de los hermanos difuntos en el mes de noviembre.


El hermano mayor de Jesús Caído opina que para potenciar la vida de las hermandades se debe "atraer de nuevo a las gentes que se fueron de las cofradías y es que las hermandades ofrecen poco desde hace tiempo. Aquí se habla más de lo económico que de otra cosa y se dan pocos incentivos. Al desligar lo económico de lo demás en mi hermandad perdí amistades. Pienso que las hermandades deben volver a sus raíces retomar el camino primitivo y fomentar el culto y la caridad, antes que pensar en dinero para contratar una banda de música y comprar las flores para el exorno de los pasos. Y esa caridad de la que hablo debe practicarse no sólo externamente, sino también entre los propios hermanos".


Francisco Martín estima asimismo que "las cofradías deben volver a ocupar su sitio en la calle. ¿Si Jesús Caído debería modificar su recorrido? Ya lo creo que sí, Jesús Caído se marchó de espaldas a la Merced un triste día y, al menos, por un rato debería volver a su plaza".


José María Aguilar (Revista «Semana Santa en Osuna», 1993).