A nuestras caídas maneras

Prometí pasar estas fotos a la Junta hace tiempo, porque aunque parezcamos sólo un grupo de hermanos frente a su Sagrado Titular, significa algo más. Me recuerda siempre nuestra manera de hacer las cosas. Las ¨maneras Caídas". 

Las fotografías son de marzo de 1989. Concretamente de un tercer domingo de Cuaresma de aquel año. Día de Nuestra solemne Función Principal de Instituto. Y era, igual que ahora, un día grande. Y de gala. ¿Qué tienen de especial las fotos? Entre los hermanos que aparecen, todos muy reconocibles pero con treinta y un años menos, y el predicador de aquel año (posiblemente un Padre Carmelita porque me suena su cara), aparece un señor desconocido con abrigo de pana y carpeta azul. Ese señor apareció aquel día por la mañana en la "Placita del Bacalao", desapareció por la tarde y jamás volvimos a saber de él. "El tío de los calamares". 

Nuestro día de la Función Principal, como ahora, se sabía cuando comenzaba pero jamás cuando podría terminar, ni dónde. Encuentro en la placita, saludos, Santo Domingo, últimos preparativos de la Función, Función muy elegante y solemne (porque siempre nos ha quedado así y además algunas son míticas), besamanos a la Virgen, nuevos saludos, estampitas, fotos, y... ¡Al salón!. Todos, caídos y no caídos, invitados a la Función, todos al salón. Mesa larga llena de comida y bebida (incluida la "mesa de los muertos").

 Y al entrañable reclamo de "¡NIÑOS Y MILITARES..." entraba en aquel sagrado lugar de convivencia todo el que le apetecía. Y bajo advertencias de "niño... cuchará y paso atrás" se desarrollaba aquella aventura del convivir y "conbeber" en aquel salón parroquial lleno de niños, hombres, mujeres, hermanos, no hermanos, cura, sacristán, charlas, voces, humo de los cigarros, historias, "resbaloso", vino, proyectos, cantes, ilusiones, juegos... Y aquel año de 1989, "el tío de los calamares".

De izquierda a derecha: Cari "Catala", J. Miguel Gutiérrez "Guti", Alicia Mª Galindo, Manuel J. Galindo, Gonzalo, Fco. Javier Rodríguez "Javi León", Rafael Fernández "Fali", José C. Galindo, el Predicador, Santiago Fernández y "el tío de los calamares".  

De izquierda a derecha: "el tío de los calamares", Rafael Fernández "Fali", Manuel J. Galindo, Gonzalo, José M. Fernández Campaña.  

¿Quién era "el tío de los calamares"? Pues no lo recuerdo muy bien... Sé como he dicho que apareció en la placita aquel domingo antes de empezar la Función. Con su carpeta azul llena de estampas para vender, venía de Málaga (supongo que en tren). Y la causalidad dio que diera aquél día con esta Hermandad en aquella plaza para uno de sus días grandes.


Y "el tío de los calamares" hizo su negocio antes de empezar los Cultos (seguramente Manuel "León" y Frasquito ejercieran alguna influencia en esto...). Y se quedó a los cultos. Y ya entonces debió causar buena y cordial sensación entre nosotros cuando participó en las fotos que muestro. Y no podía ser de otra manera, al salón también. Y allí se quedó como uno más... Y ciertamente no recuerdo cuando se fue. Para mi desapareció como llegó. Seguramente a la hora que saliera su tren. Y seguramente con la carpeta azul vacía. El bolsillo lleno. El estómago también. Y el corazón aun más. Porque de ser de otra manera, este señor ni estaría en nuestras fotos, ni en nuestros recuerdos. Y esa es nuestra manera de hacer las cosas. La "manera caída". Todo fácil, sencillo, humilde, entrañable, todo de todos. Todo para todos. Las maneras que además de quedar en las fotos quedan en el corazón y en el alma.


Las maneras que debemos conservar siempre. Una mesa larga en la que todos tienen un lugar y todos se pueden permitir. Como aquella "tabla redonda" del Rey Arturo en Camelot. Y "cuchará y paso atrás". Frase sencilla que recoge toda una filosofía Caída. Todo un lema Caído. Nuestras maneras. Y ¿Por qué "el tío de los calamares"? Pues no recuerdo su nombre, pero se le quedó ese cariñoso apelativo por una buena "pechá" de calamares del Tumba que se pegó antes o después de la Función. No recuerdo... Nuestros hermanos Frasquito y León seguro que sí. Se ve que nuestro amigo llegó con hambre a la Placita del Bacalao, y eso de dar de comer es otra manera muy Caída. Pero eso ya son otras historias...

José Carlos Galindo Moncayo

Osuna, 8 de noviembre de 2020